El Rosario de la Virgen María es una oración recomendada por el magisterio de la Iglesia. En su simplicidad, encapsula la profundidad del mensaje evangélico. La misma Virgen María ha instado a rezar esta oración; en su primera aparición en Fátima, el 13 de mayo de 1917, dijo: “Rezad el Rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra”. En su última aparición, se presentó como la “Señora del Rosario”.
Comunión El Padre Bairon Cárcamo, Administrador Parroquial de la comunidad San José en Cedros, Francisco Morazán, destaca que el Santo Rosario nos conecta directamente con Dios: “El Santo Rosario sin duda alguna nos une a lo divino. La Iglesia lo ha colocado como parte central en nuestra fe a través de cada misterio sentimos su presencia, pues a través de él experimentamos numerosas manifestaciones de Dios. Al meditar sobre el profundo misterio de la Virgen María, comprendemos cómo Dios se reveló al mundo a través de ella. El Rosario cumple con los requisitos para unirnos y vincularnos directamente a Dios”.
Magisterio A lo largo de la historia, numerosos papas han resaltado la importancia del Santo Rosario. León XIII, en su encíclica Supremi Apostolatus Officio, realizó una de sus primeras y significativas proclamaciones sobre esta oración, presentándola como una poderosa herramienta espiritual para enfrentar los males que aquejan a la sociedad. Por su parte, Juan Pablo II, en su carta Rosarium Virginis Mariae del 16 de octubre de 2002, convocó un Año del Rosario y destacó la belleza de esta plegaria, que nos invita a “contemplar a Cristo junto a María”.
Origen El inicio de la devoción del Rosario se remonta al nacimiento del Avemaría en el siglo IX, como oración para honrar a María, la Madre de Dios. Parece que el Rosario tuvo su origen en la orden de san Benito y se expandió por acción de los dominicos.
“El Rosario es la oración que acompaña siempre la vida, es también la oración de los sencillos y de los santos… es la oración de mi corazón”. Francisco, Papa
Padre Bairon Cárcamo, Parroquia San José de Cedros El Santo Rosario nos viene como un oxigenante espiritual del alma, que nos desintoxica de todo pecado, también nos resume el punto central donde Dios viene a salvar al mundo entero. Les deseo a todos ustedes que a través del Santo Rosario sigamos rezando por cada uno de nosotros, rezar por los problemas, por las dificultades y tantas personas que necesitan de nuestra oración.
Ángela Ochoa, feligrés El Santo Rosario ha sido un pilar transformador en mi vida. Cada misterio me ha permitido reflexionar sobre momentos significativos de la vida de Jesús y María, llevándome a una comprensión más profunda de su amor y sacrificio. A través de la oración del Rosario, he aprendido a interceder por mis hermanos, sintiendo que cada Ave María es una conexión con sus necesidades y sufrimientos.
Padre Santos Pablo, Parroquia San Martin de Porres Para mí, el Santo Rosario es una oportunidad para acercarme a Jesús a través de la mirada maternal de la Virgen María. Cada misterio profundiza en la vida del Señor, recordándome que Él lo hizo por mí. Así, cada oración me invita a responder generosamente. Desde niño, aprendí que el Rosario es como llevar rosas a la Virgen, ofreciéndole mi amor, ya que ella es mi madre tanto en el cielo como en la tierra. A través de ella, aprendo a amar y a acercarme a su Hijo.