Según indica la Enciclopedia Católica, la adoración perpetua es una expresión que se usa para designar la adoración sin interrupción del Santísimo Sacramento o con pausas de cortos lapsos de tiempo. La enciclopedia indica que muchos expertos atribuyen el inicio de la adoración de Jesús Eucaristía al momento en el que se estableció la Fiesta de Corpus Christi en el año 1246, por el Obispo Roberto de Thorete y a sugerencia de Santa Juliana de Mont Cornillon. Sin embargo, la primera vez que se realizó la adoración perpetua de la que hay constancia fue en Aviñón en el año 1226.
La adoración eucarística perpetua, es un método de oración profundamente personal que muchos santos han recomendado durante los siglos pasados. Consiste en visitar una iglesia o una capilla pequeña para adorar a Jesucristo, verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento.
Como católicos, creemos que “la presencia eucarística de Cristo comienza en el momento de la consagración y dura todo el tiempo que subsistan las especies eucarísticas”.
La práctica de la adoración eucarística solo tiene sentido bajo la luz del entendimiento católico de que la Eucaristía es la presencia real de Jesús. Con la disponibilidad de la adoración perpetua, podemos pasar tiempo, cualquier día, a cualquier hora, con Jesús.