Cada seis de mayo, la Iglesia recuerda a Santo Domingo Savio, patrono de los monaguillos. Esta es un fecha oportuna para saber si los acólitos y monaguillos son lo mismo. Algunos podrían decir que sí, pero la realidad es otra. Seguramente, por la tradición, los niños y jóvenes que sirven en el altar, se dicen a sí mismo acólitos, aunque el nombre propio es monaguillo. Aquí te explicamos la diferencia.
La instrucción Redemptionis Sacramentum en el numeral 47 indica que “Es muy loable que se conserve la benemérita costumbre de que niños o jóvenes, denominados normalmente monaguillos, estén presentes y realicen un servicio junto al altar…”. En algunos lugares, estas personas, reciben una ardua formación y hasta se crean pastorales de monaguillos, para tener un acompañamiento permanente. La misma instrucción advierte que las niñas y mujeres pueden ser elegidas para este servicio. “A esta clase de servicio al altar pueden ser admitidas niñas o mujeres, según el juicio del Obispo diocesano y observando las normas establecidas”, algo que algunos sacerdotes no consideran oportuno, ya que este servicio, es un semillero potencial de vocaciones al sacerdocio, por su cercanía en el altar. El monaguillo proviene de vocablo “monachus, “monje”. Monaguillo – y significa “pequeño Monje”.
Por otra parte, el acolitado es un ministerio instituido, desde 1972, por el Papa Beato Pablo VI en su carta apostólica “Ministeria-Quaedam” junto al ministerio del lectorado. Estos dos son los así conocidos “ministerios menores” y en un tiempo, eran destinado a los seminaristas, que iban camino al sacerdocio. Con las últimas reformas, el Papa Francisco abre la puerta para que los laicos accedan a este ministerio.
Según la Instrucción General del Misal Romano (IGMR) en su numeral 98 expone que “el acólito es instituido para el servicio del altar y para ayudar al sacerdote y al diácono. Al él compete principalmente preparar el altar y los vasos sagrados y, si fuere necesario, distribuir a los fieles la Eucaristía, de la cual es ministro extraordinario. En el ministerio del altar, el acólito tiene sus ministerios propios que él mismo debe ejercer.” Estos ministerios propios están referidos a los ritos iniciales y liturgia eucarística de la Santa Misa.
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Los acólitos pueden usar ornamentos litúrgicos específicos, como el cíngulo y el alba. Ambos dan un servicio al altar, pero sus funciones y requerimientos, litúrgicamente hablando, son diferentes. Los acólitos son instituidos y los monaguillos no.