Sobre el tema de “la fe”, base que sustenta la vida de todo discípulo, está centrada la Palabra de Dios en este domingo. Tanto es así que los discípulos le dicen al proprio Señor: “¡Auméntanos la fe!”. Iluminados por la primera lectura de Habacuc cuyo paralelo está en la vida de los hombres poderosos y engreídos que ponen su confianza en sus propias fuerzas y capacidades, con el justo que tiene a Dios como su única confianza y, por tanto, vivirá porque el Señor es roca sólida que no vacila ante las tempestades de la historia. Habacuc concluye diciendo entonces con su experiencia de creyente: “El justo vivirá por su fe”, frase que recogerá también san Pablo en Romanos 1,17. Así el evangelio se inicia con la petición de los apóstoles, “¡Auméntanos la fe!” y Jesús les contenta con dos imágenes cargadas de significado: la semilla de mostaza y la del amo prepotente con su servidores. La primera imagen está muy clara, pero esta segunda hay que entenderla comprendiendo que el siervo es la imagen central del relato en parábola. El fiel que tiene fe respecto a Dios debe elegir un comportamiento de total disponibilidad, sin cálculos o contratos o limitaciones. La fe nos lleva entregarnos a Dios con amor y absoluta confianza en su justicia divina. Si este mensaje es para la propria comunidad creyente, el tema está más profundo, porque toda comunidad de discípulos del Señor, se reconoce como “siervos inútiles”, serenos y felices de poder perdonar, amar, sacrificarse por Dios y por los demás, sin la férrea lógica del provecho y la ganancia, que puede ser en prestigio o simpre remuneración económica. Pero sobre todo porque comprende que en la viña por fe se tiene conciencia que “ni quien planta, ni quien riega es algo, sino Dios el que hace crecer” (1Co 3,7). Cuanta enseñanza tiene este domingo la Palabra para quienes frecuentando la eucaristía y siendo parte de la comunidad cruyente, debe pedir sin lugar a duda, fe al Señor, para comprender lo difícil del servir sin esperar recompensa o servir sin mirar el proprio provecho. “Somos siervos inútiles” el griego señala más bien “comunes” y es verdad porque el extraordinario sólo es Dios. Nos ayude el Señor para que reparezca la humildad y el servicio generoso en tiempos de la Sinodalidad en la Iglesia.
Propósito para la semana: Tomaré la Biblia y meditaré con ella textos de la humildad de Jesús.
