
TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Los abuelos son custodios de la memoria de un pueblo, resguardando tradiciones, manteniendo la autenticidad. Esto se traslada también para la Iglesia, porque los ancianos surten un papel de suma importancia para transmitir la fe a las nuevas generaciones, siendo los primeros catequistas en el hogar e incluso, promueven a los nietos para buscar que desarrollen sus vocaciones. El Papa Francisco, en la Jornada Mundial de los Abuelos 2023, invitó a ver cómo los ellos guían a los jóvenes, motivando a pasar de las palabras a los gestos concretos en favor de los ancianos.
Para los que han podido compartir de cerca con sus abuelos, las anécdotas que les fueron transmitidas son tomadas como un tesoro invaluable, tal es el caso de Sara Tujal, líder de la Pastoral Juvenil de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario en Sabanagrande, quien comparte que “Un recuerdo muy claro que todavía tengo de mis abuelos es la devoción a San Antonio de Padua y al Divino Niño, pidiendo al primero la intercesión por el bienestar de la familia y al segundo, rogando por el cuidado de sus nietos”. Como testimonio vivo, Tujal comparte que “hoy por hoy mis abuelos ya no están con nosotros y mi hermana menor no los conoció, pero me he tomado a la tarea de mostrarle lo bonito que es ser católico desde las diferentes muestras de fe y devoción, recalcando que mis abuelos fueron esos primeros evangelizadores desde el hogar”. Testimonios como este, resaltan que la presencia de los abuelos enriquece, no por los estudios bíblicos o teológicos, sino por cómo viven la fe.
Santos Hernández, miembro de la Renovación Carismática Católica (RCC), afirma con contundencia que “El mejor regalo que podemos heredar no son los bienes materiales, es poder transmitir la fe en Cristo, es llevarlo a su corazón y que servirle es lo mejor que les puede pasar”. Hernández también expresa que “si hemos recibido nosotros la riqueza de creer cuando nos enseñaron nuestros antepasados a rezar, a persignarnos, a respetar a Dios y amarlo con todo el corazón, es el momento como abuelos de esta generación para retransmitir estos done”. Este servidor de la Iglesia también propone al confirmar que los abuelos son los mejores ejemplos a seguir incluso en la sociedad actual que busca en muchas ocasiones descartarles, invita a no dejar atrás la tradición que ha sido transmitida y exhorta a fortalecer estos elementos como los rezos, procesiones, novenas y otros detalles de fe con el que los niños y jóvenes deben ir creciendo y que afirma él, ‘’han cimentado la iglesia que tenemos’’.
Baluartes
Además de los diversos casos donde la abuela es quien atiende el hogar o resguarda a sus nietos mientras los padres trabajan, se considera a los ancianos como pilares para la formación integral de su familia y en especial de los que nacen a la vida cristiana, así lo afirma José Luis Ramírez, quien es asesor adulto del Movimiento Encuentros de Promoción Juvenil de Tegucigalpa, al opinar que “Los abuelos son un baluarte en muchas facetas de la vida de los nietos, pasando por los comportamientos, las tareas educativas, esto porque los abuelos siempre están disponibles para educar”. Los abuelos son transmisores de ternura, afirma Ramírez, quien además considera que constituyen un apoyo fundamental para el crecimiento de los pequeños, estando presentes en las crisis y sabiendo cómo salir de estas situaciones complejas. Sobre las vocaciones, José Luis expone que las abuelas y los abuelos, son testimonios de una transmisión pura de la fe, porque desde cero e incluso sin conocimientos, buscan abarcar estos vacíos, son ellos los que adoptan un rol preponderante para la formación cristiana, siendo un apoyo principal para los padres de familia.
“FELIZ EL QUE NO VE DESVANECERSE SU ESPERANZA”
1 Bendiciones
El Papa León XIV, en su mensaje para la jornada de los ancianos, asegura que “Dios nos enseña que, a sus ojos, la ancianidad es un tiempo de bendición y de gracia, y que para Él los ancianos son los primeros testigos de esperanza.
2 Significado
Una de las cuestionantes que hace el Papa León en la disertación para este año es: ¿Qué significa en mi vejez? Una pregunta que se hacía también San Agustín, a lo que dijo que “Dios te responde: Al contrario, que desfallezca tu vigor, para que esté presente el mío en ti, y así puedas decir con el Apóstol: “Cuando me debilito, entonces soy fuerte”.
3 Lecciones
La vida de la Iglesia y del mundo, en efecto, sólo se comprende en la sucesión de las generaciones, y abrazar a un anciano nos ayuda a comprender que la historia no se agota en el presente, ni se consuma entre encuentros fugaces y relaciones fragmentarias, sino que se abre paso hacia el futuro.
4 Jubileo
Considerando a las personas ancianas, desde la perspectiva jubilar, el Papa nos dice que nosotros estamos llamados a vivir con ellas una liberación, sobre todo de la soledad y del abandono. Este año es el momento propicio para realizarla; la fidelidad de Dios a sus promesas nos enseña que hay una bienaventuranza en la ancianidad.
5 Responsabilidad
Cada parroquia, asociación, grupo eclesial está llamado a ser protagonista de la “revolución” de la gratitud y del cuidado y esto ha de realizarse visitando frecuentemente a los ancianos, creando para ellos y con ellos redes de apoyo y de oración, entretejiendo relaciones que puedan dar esperanza y dignidad al que se siente olvidado.
6 Esperanzador
El libro del Eclesiástico afirma que la bienaventuranza es de aquellos que no ven desvanecerse su esperanza (cf. 14,2), dejando entender que en nuestra vida — especialmente si es larga— pueden existir muchos motivos para volver la vista atrás, más que hacia el futuro.
7 Renovación
El Papa concluye el mensaje diciendo que “Dejémonos renovar cada día por el encuentro con Él, en la oración y en la Santa Misa. Transmitamos con amor la fe que hemos vivido durante tantos años, en la familia y en los encuentros cotidianos; alabemos siempre a Dios por su benevolencia, cultivemos la unidad con nuestros seres queridos, que nuestro corazón abarque al que está más lejos y, en particular, a quien vive en una situación de necesidad.