Editorial | Nuestra voz | Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo

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La Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo también conocida como Fiesta de Cristo Rey, es una celebración litúrgica en grado de solemnidad de la Iglesia, instituida mediante la Carta encíclica Quas primas (Al igual que en la primera) del Sumo Pontífice Pío XI sobre la fiesta de Cristo Rey, 11 de diciembre de 1925. Con ella se celebra a Cristo como el Rey bondadoso y sencillo, considerado el guía de la Iglesia peregrina hacia el Reino Celestial de Dios porque al establecer su Reino, Jesús dejó la misión a la Iglesia de transformar el mundo en el amor, fortalecido con la oración de los fieles y la gracia recibida de los Sacramentos.

Inspirando las leyes, santificando las costumbres, esclareciendo la enseñanza, regulando las acciones tanto de los gobiernos como de los gobernados, ya que donde Jesucristo no ejerce ese reinado, hay desorden y decadencia. Hoy estamos terminando el año litúrgico, ciclo B y la Iglesia celebra el final de este ciclo con la fiesta de Cristo Rey cuyo sentido más profundo es el reconocimiento de que todas las celebraciones de fe, a través del año, tienen su inicio y su terminación en Jesucristo, con esta Solemnidad se da inicio al tiempo litúrgico de Adviento, que representa el tiempo de espera y de expectación ante la celebración del nacimiento del niño Jesús, el Señor Jesús es un rey de verdad y en la verdad.

Tal como lo escuchamos hoy en el evangelio, con una grandiosa visión de fe y de esperanza en el señorío de Jesús el Mesías de Dios, Señor del cosmos y de la historia. Un señorío y una realeza que no se fundamentan ni en el poder ni en el terror, sino en la donación de un amor sin límites. En el centro de la liturgia de hoy emerge soberana la figura de Cristo en la cruz que, según el Evangelista Lucas, como último acto de su reino terrestre y como primer gesto de su reino glorioso, ofrece el perdón y la paz.

En el mundo de hoy, en medio de una explosión de información, desinformación, comunicación e incomunicación, manipulación y caos, donde muchos poderosos del mundo buscan ser servidos en lugar de servir, es importante para nosotros reconocer que hay alguien que siempre orienta nuestra vida: Jesús, el “Señor de todos los reyes”, de todos los tiempos, cuyo poder está puesto para servir a la causa del reino de Dios, un reino de justicia, paz y amor.

En tiempos en que la paz es precaria, que esta sostenida por frágiles compromisos tácitos o secretos entre las potencias a nivel mundial y grupos políticos a nivel local y una lucha de clases que se ha introducido en la sociedad hondureña, destruyendo los fundamentos de la convivencia, también en las familias, esta celebración de la Solemnidad de Jesucristo, Rey de Universo cobra especial relevancia, porque Jesús nos dice que la libertad y la verdad van unidas y que cuando vivimos en la verdad vivimos en libertad y viceversa. ¡Viva Cristo Rey! Rey de santidad y de gracia, Rey de justicia, de amor y de paz.

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