El Año Jubilar es un tiempo de alegría y renovación, una oportunidad para recordar que el perdón de Dios siempre está al alcance de todos. Más que un simple acto simbólico, es un llamado a la conversión, a orientar la vida hacia lo que realmente tiene sentido. En esta dinámica, los docentes participarán del jubileo, para ser Peregrinos de Esperanza.
Pacto
Educar es poner la esperanza en el presente, posibilitándola y dándole crecimiento. Así, el Papa Francisco ha insistido en un Pacto Educativo, “Educar es apostar y dar al presente la esperanza que rompe los determinismos y fatalismos con los que el egoísmo de los fuertes, el conformismo de los débiles y la ideología de los utópicos quieren imponerse tantas veces como el único camino posible” dijo. Así pues, la educación es un acto de esperanza. Todos los agentes educativos y sociales y sus instituciones están convocados a unirse en la misión de construir un futuro mejor para todos, en el que nadie resulte descartado. El Pacto Educativo Global es un camino hacia la “fraternidad universal” y una “cultura del encuentro” ha dicho el Pontífice. Ante esto, el Padre Carlos Rubio enfatiza que, “El Jubileo de los docentes debe renovar la vocación de educar, de acompañar, de guiar a los jóvenes hacia la plenitud, no apartando la mirada de Cristo crucificado, que es sabiduría eterna, donde se manifiesta el amor pleno de Dios y nos enseña a ser mansos y humildes de corazón”.
Testigos
Martha María Almendares es docente de prescolar y a manera de testimonio comenta que, hace muchos años estaba con uno de los alumnos que tuvo en sus aulas, y que, hace unos cinco años se graduó de la universidad, “llegó a visitarme a mi jardín y entonces sus palabras del me tocaron el corazón, porque me dijo: por sus palabras, estoy terminando mi carrera, qué bonito saber que el inyectar esperanzas en edades tempranas lo puede llegar a ser una persona de éxito en el futuro” detalló.
