“Dilexit Nos”, que en latín significa ”Nos amó”, es el título de la nueva encíclica del Papa Francisco sobre el amor de Cristo. Inspirada en Romanos 8,37, esta reflexión recuerda el amor incondicional que Cristo tiene por la humanidad, manifestado en su vida, muerte y resurrección. Este amor es el centro de la espiritualidad cristiana, y nos invita a una vida de entrega y cambio social.
Devoción
El padre Tony Salinas, párroco de la Parroquia San Juan Bautista de Ojojona, destaca que la encíclica tiene un sentido celebrativo, conmemorando los 350 años de las apariciones del Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita María de Alacoque. “El Papa quiere unirse a esta celebración y, a la luz de este aniversario, hablar de los sentimientos humanos y divinos del Co- razón de Jesús, mostrando cómo esa realidad es para todos”, explica Salinas. La en- cíclica nos invita a instaurar una devoción al Corazón de Cristo para irradiar su amor en” un mundo fragmentado, herido y cada vez más alejado del amor a Dios y al prójimo”. El presbítero Salinas resalta que el Papa desea que estos textos bíblicos sobre el amor humano y divino de Cristo se hagan fuertes entre nosotros, recordando que Jesús es también humano y sigue siendo herido por nuestros pecados y comportamientos.
1 Interioridad
En un mundo acelerado y lleno de superficialidad, la encíclica Dilexit Nos, nos invita a profundizar en la interioridad y a volver al Corazón de Jesús. Este es un llamado a encontrar el verdadero sentido en el centro de nuestro ser, donde Dios habita y donde todas nuestras decisiones y acciones pueden ser purificadas y sanadas por su amor.
2 Tradición
La encíclica también rescata la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, una tradición viva de la Iglesia que, como destaca el Papa Francisco, sigue siendo relevante en tiempos modernos. San Vicente de Paúl, citado en la encíclica, nos enseñaba a centrarnos en el corazón de Dios, el lugar donde todos cabemos, y desde donde podemos actuar con caridad y compasión.
3 Autenticidad
El Papa nos recuerda que no basta con hablar sobre la encíclica; debemos leerla, meditarla y hacerla nuestra. Frente a críticas infundadas, esta enseñanza reafirma la fidelidad del Santo Padre a la doctrina y su rol como líder pastoral. Nos invita a ir a la fuente, a vivir una fe auténtica, basada en el amor y la misericordia que emanan del Corazón de Jesús.
