El 20 de octubre la Iglesia vivió la esperada canonización de Santa María Leonia Paradis, fundadora de las Pequeñas Hermanas de la Sagrada Familia, congregación con presencia en nuestro país. Esta religiosa canadiense, nacida en 1840 en Quebec, dedicó su vida a servir y acompañar a los sacerdotes en su misión. Inspirada desde joven por un amor profundo hacia Jesús en la Eucaristía, fundó su congregación en 1880 con la misión de brindar apoyo práctico y espiritual en seminarios y comunidades.
Sor Ana Dubón, religiosa de la congregación, expresó con mucho entusiamo: “Estamos más que felices por esta gran fiesta de la canonización de nuestra madre fundadora, Santa María Leonia Paradis; es una fiesta para la comunidad y para toda la Iglesia”. Compartió cómo 30 hermanas, entre hondureñas y canadienses, tuvieron la enorme gracia de presencia la ceremonia en Roma mientras otras hermanas seguían la transmisión. “Es una felicidad que no la podemos describir”, señaló Sor Ana, compartiendo su emoción y gratitud.
La vida de Santa María Leonia fue ejemplo de humildad y entrega, cualidades que han dejado huella en sus hermanas. En palabras de Sor Ana, ella era “una mujer de ternura y fe inquebrantable, siempre confiada en Dios, a quien veía no como juez, sino como un padre amoroso”. Hoy, la congregación sigue su legado, viviendo en silencio, oración y servicio, convencidas de que “las manos a la acción y el corazón a Dios” son el secreto de la santidad.
Milagro que concedió la canonización
El milagro por el cual se le atribuye su intercesión es relacionado con la curación milagrosa de una recién nacida en 1986. La niña padecía “asfixia perinatal prolongada con fallo multiorgánico y encefalopatía”.