Del dos al 27 de octubre, se ha desarrollado en el Vaticano la décimo sexta Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, abordando los principales desafíos de la Iglesia, en clave de comunión, participación y misión. Este camino eclesial inició en 2021 y en este mes, se desarrolla la última etapa, esperando profundizar en el documento conclusivo que surge de esta experiencia de sinodalidad.

Desafíos Entre los distintos temas abordados en el sínodo sobre la sinodalidad, uno de los principales que ha sido abordado es el papel de los laicos, de las mujeres y de la familia para caminar sinodalmente con la Iglesia en misión. “Fuimos convocados no para resolver problemas particulares, sino para imaginar una nueva forma de ser Iglesia. El Sínodo no se ha desviado del objetivo que se había fijado, poner unos cimientos: a partir de ellos, volviendo cada uno a su casa, así como en la Iglesia universal, debemos aplicar este espíritu de sinodalidad a cada problema que surja” afirmó el cardenal Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa, de la República Democrática del Congo.

América Latina unidad
Los participantes de América Latina y el Caribe de la Segunda Sesión de la Asamblea Sinodal se reunieron para reflexionar sobre la fase de implementación del Sínodo sobre la Sinodalidad. Un espacio de fraternidad y esperanza para seguir "caminando juntos".

Entre otro de los problemas afrontados en el sínodo: la crisis de la transmisión de fe en las familias. El cardenal Carlos Aguiar de la Arquidiócesis de México dijo que la Iglesia debe trabajar en los ambientes laborales, los de relación comercial, la Iglesia en salida se hace presente en esos ambientes, y misionera para llevar el mensaje cristiano. Con el cardenal se hizo un balance de los trabajos del sínodo. Frente a la desintegración de la sociedad, de la guerra, de este tiempo difícil que vive el mundo, la Iglesia tiene como vocación particular ser signo de Cristo, de la paz, y estar en comunión con Cristo, y a través de este Sínodo emerge una nueva manera de imaginar la Iglesia.

“El Sínodo no es un parlamento sino un momento eclesial donde el protagonista es el Espíritu Santo”
Cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo

Reacciones Ante las preocupaciones de algunos sectores conservadores, el Cardenal Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, dijo que en el Sínodo de la Sinodalidad no se está tomando ninguna decisión en contra del Evangelio ni de la Tradición. “Si usted tiene miedo por esta experiencia que se está viviendo del Sínodo, tranquilo, recobre la paz, recobre la serenidad, aquí no se están tomando decisiones en contra de lo que ha sido la historia de dos mil años de seguimiento de Jesucristo”. Por su parte, el Arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Monseñor Luis Argüello, considera que la sinodalidad permite responder a la llamada que el Señor nos hace a la “comunión misionera” para “evangelizar a contracorriente”.

Argüello detalla que la Iglesia sinodal es un pueblo que “descubre en la Eucaristía su corresponsabilidad diferenciada, según el lugar que cada uno ocupa en torno al altar”. De esta concepción brota la misión de la Iglesia en camino de la que todos somos responsables y que subraya la escucha, el diálogo, el primer anuncio y la iniciación cristiana y el testimonio y ofrenda de la misericordia.

Elementos claves del Sínodo

El rol de la mujer en la Iglesia

Los miembros del Sínodo reclamaron con insistencia una igual dignidad y corresponsabilidad de todos los bautizados para la Iglesia. Sobre esta base se puede razonar la inclusión de las mujeres en los procesos de toma de decisiones de la vida de la Iglesia.

La importancia de la misión digital

La asamblea puso el acento en la urgencia de trabajar en la misión digital, que está cambiando al igual que la misión «física» en la era de las nuevas tecnologías y la Inteligencia Artificial. El 65% de la población mundial frecuenta las calles digitales.

Los pobres, en el centro de la Iglesia

Los padres y madres sinodales han hecho un especial énfasis en mirar el rostro de los pobres lacerados por las guerras, la violencia, los abusos. Su presencia sutil y delicada, su modo de vida pueden llevarnos a despojarnos de lo que nos esclaviza.

Los laicos y la evangelización

Los laicos reconocen la corresponsabilidad en la misión, el aporte es enorme. Muchas veces creemos que la responsabilidad de la Iglesia es solamente del sacerdote, de la religiosa, y el laico está afuera, está exento de esa responsabilidad y no es así.

Preparación para próximo Sínodo
En las últimas reuniones de este Sínodo de la Sinodalidad, se dio a conocer que, por decisión del Santo Padre, se eleva el número total de miembros a 17. Ya fueron elegidos y ellos son: De las iglesias católicas orientales: Su Beatitud Youssef Absi, Patriarca de Antioquía de los Greco-Melquitas, Monseñor Timothy John Costeññpe, Arzobispo de Perth, Australia, Monseñor Daniel Ernest Flores, Obispo de Brownsville, Estados Unidos, Monseñor Alain Faubert, Obispo de Valleyfield, Canadá, el Cardenal Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá, Colombia, Monseñor José Luis Azuaje Ayala, Arzobispo de Maracaibo, Venezuela, el Cardenal Jean-Marc Aveline, Arzobispo de Marsella, Francia, Monseñor Gintaras Grušas, Arzobispo de Vilnius, Lituania, el Cardenal Dieudonné Nzapalainga, Arzobispo de Bangui, República Centroafricana, Monseñor Andrew Fuanya Nkea, Arzobispo de Bamenda, Camerún, el Cardenal Filipe Neri António Sebastião Do Rosário Ferrão, Arzobispo de Goa e Damão, India y Monseñor Pablo Virgilio S. David, Obispo de Kalookan, Filipinas. A esta lista, el Papa Francisco nombrará a otros cuatro miembros.

1 Sinodalidad La sinodalidad denota el estilo particular que califica la vida y la misión de la Iglesia, expresando su naturaleza de Pueblo de Dios que camina y se reúne en asamblea, convocado por el Señor Jesús con la fuerza del Espíritu Santo para anunciar el Evangelio. La sinodalidad debe expresarse en el modo ordinario de vivir y trabajar de la Iglesia. La sinodalidad, desde este punto de vista, es mucho más que la celebración de reuniones eclesiales y asambleas episcopales, o una cuestión de simple administración interna dentro de la Iglesia: Es el modus vivendi et operandi específico de la Iglesia, Pueblo de Dios, que revela y da contenido a su ser como comunión cuando todos sus miembros caminan juntos, se reúnen en asamblea y participan activamente en su misión evangelizadora.

2 Comunión La comunión que compartimos encuentra sus raíces más profundas en el amor y en la unidad de la Trinidad. Juntos, nos inspiramos en la escucha de la Palabra de Dios, a través de la Tradición viva de la Iglesia, y nos basamos en el sensus fidei que compartimos Todos tenemos un rol que desempeñar en el discernimiento y la vivencia de la llamada de Dios a su pueblo.

3 Participación La participación se basa en todos los fieles están cualificados y llamados a servirse recíprocamente a través de los dones que cada uno ha recibido del Espíritu Santo. En una Iglesia sinodal, toda la comunidad, en la libre y rica diversidad de sus miembros, está llamada a rezar, escuchar, analizar, dialogar, discernir y aconsejar para tomar decisiones pastorales que correspondan lo más posible a la voluntad de Dios.

4 Misión Nuestra misión es testimoniar el amor de Dios en medio de toda la familia humana. Este Proceso Sinodal tiene una profunda dimensión misionera. Su objetivo es permitir a la Iglesia que pueda testimoniar mejor el Evangelio, especialmente con aquellos que viven en las periferias espirituales, sociales, económicas, políticas, geográficas y existenciales de nuestro mundo.

Comunión, participación y misión
El Sínodo de la Sinodalidad no busca cambiar las doctrinas de la Iglesia, sino promover una renovación espiritual profunda que transforme nuestra forma de vivir la fe. Este proceso propone tres ejes fundamentales: comunión, participación y misión. 
La comunión nos une en el amor y la unidad de la Trinidad. Juntos, escuchamos la Palabra de Dios y vivimos la fe como un solo cuerpo. Cada miembro de la Iglesia tiene un papel clave en el discernimiento de la llamada de Dios a su pueblo. 
La participación implica que todos, con los dones recibidos del Espíritu, colaboramos para tomar decisiones que reflejen la voluntad de Dios. Toda la comunidad está invitada a rezar, dialogar y discernir, buscando siempre la unidad, respetando la diversidad. 
Sin embargo, es la misión la que nos impulsa a salir. El Sínodo nos llama a llevar el amor de Dios a las periferias espirituales, sociales, económicas y existenciales. Estamos llamados a sanar heridas, despertar esperanzas y tejer relaciones fraternas. El sínodo busca darles voz a todos, especialmente a aquellos que la sociedad ha marginado, promoviendo una Iglesia más inclusiva y atenta a las realidades del mundo actual. Como dijo el Papa Francisco, el propósito no es producir documentos, sino “plantar sueños, suscitar profecías y visiones, permitir que florezca la esperanza, inspirar confianza, vendar heridas, tejer relaciones, despertar un amanecer de esperanza.” Nuestra misión es llevar la luz de Cristo a quienes más lo necesitan. 
 

P. Rodolfo Varela
Sacerdote

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