En el marco del mes de las misiones, los movimientos apostólicos son llamados a fortalecer su papel evangelizador dentro de la sociedad, cada uno de estos grupos tiene una cualidad particular, pero todos comparten la responsabilidad de fomentar la conciencia misionera y la expansión del Evangelio.
Vocación El Padre Juan Ramón Moncada, reflexionando sobre la responsabilidad de los grupos apostólicos, señala que para entender cuál es la responsabilidad que tienen los grupos apostólicos de nuestra Iglesia, con la misión, debemos de tomar como referencia el decreto Ad Gentes del Concilio Vaticano II, que nos dice que “Toda nuestra Iglesia es misionera por naturaleza, porque la actividad misionera es un designio del Padre, que envía al Hijo para proclamar la buena nueva de salvación, y es el Hijo que envía al Espíritu Santo de parte del Padre para que también impulse en esta misma tarea a la Iglesia en todo el mundo”. Este mismo Espíritu es el que da los dones y carismas a la Iglesia, vivificando las instituciones eclesiales, infundiendo en los corazones de sus fieles el mismo impulso de misión de Jesucristo. Por tanto, le incumbe a la Iglesia la propagación de la fe y la salvación en Cristo Jesús, añadió.
Experiencia El padre Jorge Castillo, de la parroquia San Juan Bautista, destacó que la misión no es solo de los sacerdotes o religiosos, sino de todos los bautizados. “Todos somos parte de la Iglesia y, por ende, responsables de llevar el Evangelio a quienes más lo necesitan” manifestó. Octubre, siendo el mes dedicado a las misiones, invita a los fieles a renovar su compromiso con la misión evangelizadora, apoyando y participando activamente en las actividades que promuevan la fe.
CLAVES
1 Formación Los grupos apostólicos deben estar en constante formación en la fe, para poder transmitir con claridad el mensaje del Evangelio.
2 Acción No basta con palabras, es necesario que los movimientos se involucren en obras de caridad y apoyo a los más necesitados.
3 Testimonio El ejemplo personal es el mayor testimonio de fe, los miembros de los movimientos están llamados a vivir lo que predican.
