La misión tiene voz y rostro concreto en la Iglesia

En tiempos de crisis social y ambiental, la labor misionera se extiende a cada rincón para transformar la realidad de Honduras

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El mes de octubre es una oportunidad especial para reflexionar sobre la misión de la Iglesia y su impacto en el mundo. En Honduras, la necesidad de mayor presencia misionera es urgente, especialmente en las comunidades más alejadas, donde el Evangelio aún no ha sido proclamado con la fuerza necesaria. La misión de la Iglesia es la voz de los fieles que llevan el mensaje de Cristo a todos los rincones.

Misioneros

El Papa Fran- cisco ha hecho un llamado global al “Año Jubilar” en 2025, con el lema “Misioneros de la Esperanza”, un llamado que involucra a toda la Iglesia en una renovación misionera. El Padre Noel Ortiz, Párroco de la Iglesia Nuestra Señora de Suyapa en Choloma, Cortés, destaca que este movimiento tendrá un impacto duradero en 2026, alineándose con un “dinamismo permanente de misión”. Ortiz señala que “el anuncio misionero hace parte de la historia de la salvación real y concreta. Reconstruye la Iglesia y a la sociedad, llevando la voz de Dios a cada ser humano, iluminando todas las realidades”. Para Ortiz, “la misión no puede quedarse en un simple anuncio… la misión tiene rostro, tiene voz concreta, y esa es la voz de los bautizados y bautizadas”.

Juventud

La Pastoral Juvenil también juega un papel importante en este esfuerzo. Mario Ramos, coordinador en Santa Bárbara, resalta la necesidad de una respuesta generosa de los jóvenes hacia el llamado misionero. “La mies es mucha y los obreros son pocos. Necesitamos más corazones dispuestos a servir a Dios, a la Iglesia y a los demás”, afirma Ramos. Por otra parte, Ramos señala que el trabajo misionero implica un estilo de vida comprometido con la justicia y la paz en un país como Honduras, marcado por la violencia y la corrupción. “Necesitamos más incidencia misionera, más corazones dispuestos a trabajar por el Reino de Cristo”, concluye. En un tono similar, Obdulio Madrid, delegado de la palabra en Atima, Santa Bárbara, reflexiona sobre los desafíos que enfrenta la misión en el contexto actual.

Obstáculos

Según Madrid, el espíritu misionero ha disminuido con el tiempo, debido a la comodidad y el materialismo: “hemos caído en la comodidad… sólo queremos que otros salgan a misionar, pero nosotros no queremos hacer ese sacrificio”, lamenta. De igual forma recuerda con admiración a los misioneros de antaño que, a pesar de la falta de recursos, llevaban el Evangelio con alegría y entrega. Hoy, señala, es urgente recuperar ese espíritu de sacrificio y compromiso.

Evangelización

El llamado a la misión también resuena con fuerza en la voz del Diácono Permanente Carlos Echeverría, quien hace un llamado a la comunidad católica hondureña a asumir un compromiso más profundo con la evangelización. Echeverría menciona la importancia de la nueva evangelización en tiempos donde la sociedad está cada vez más desconectada de los valores cristianos. “Parte de la misión es la evangelización… no se agota porque tengamos un conjunto de bautizados, sino que debemos asegurarnos de que esos bautizados estén viviendo el Evangelio”, recalca. En Honduras, el reto es revitalizar la fe y los valores del Evangelio en la vida cotidiana, tanto a nivel personal como familiar, y sobre todo, en la vida ciudadana. “Necesitamos integrar la palabra de Dios en nuestra existencia, no solo los domingos, sino cada día”, advierte.

Llamado

Honduras enfrenta una crisis social y ambiental profunda, y en este contexto, la misión de la Iglesia se vuelve aún más relevante. El Papa Francisco ha insistido en la necesidad de escuchar “el grito de los empobrecidos y el grito de la tierra”, un llamado a la eco conversión que también forma parte de la misión de la Iglesia. Esta visión de una misión integral, que abarca tanto lo espiritual como lo social, invita a los cristianos a ser agentes activos en la transformación de la sociedad.

Como afirma el Padre Noel Ortiz, la misión es una respuesta concreta y real ante los desafíos actuales. “La misión debe ser palpable y viva en cada hombre, en cada mujer, y en cada situación concreta de la humanidad”, concluye. En octubre, la Iglesia en Honduras renueva su compromiso de llevar el Evangelio a cada rincón, respondiendo al llamado misionero con generosidad y valentía.

MISIÓN Y CONTEXTO

En un mundo cada vez más dividido y marcado por la crisis social y espiritual, la misión de la Iglesia se vuelve una necesidad apremiante. La misión no solo implica llevar el mensaje del Evangelio a los rincones más lejanos, sino también responder a las urgentes necesidades de la comunidad. En Honduras, donde la pobreza y la violencia son desafíos cotidianos, los misioneros se convierten en agentes de esperanza, iluminando el camino hacia la paz y la justicia. Esta labor requiere un compromiso genuino de todos los fieles, especialmente de los jóvenes, quienes deben ser animados a asumir roles activos en la evangelización.

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