Mientras Jesús camina hacia Jerusalén va enseñando a sus discípulos a través de pequeños discursos. En estas enseñanzas quiere él profundizar la interpelación a sus discípulos, y pide de manera solemne la acogida de los valores del Reino, en actitud de profunda humildad y bajo la imprescindible atención a un riesgo: el escándalo que destruye la fe de los frágiles, inseguros y aún no formados suficientemente en el camino del discipulado.
Así, el texto de este domingo está compuesto por dos lecciones destinadas a estos hombres que siguen a Jesús entre tantas incomprensiones y ceguedad. La primera enseñanza nace de ese pequeño comentario que le hace Juan: “Hemos visto a uno que lanzaba demonios… Pero no era de los nuestros”. Tal expresión deja claro que para quien piensa así, el bien es monopolio solamente de un grupo privilegiado de elegidos.
En el fondo se deja ver en esta narración como la tentación sectaria de manipular a Dios presente en todos los tiempos de la vida del hombre sobre la tierra. Así en la primera lectura de hoy del libro de los Números, aparece similar acontecimiento. Luego viene una segunda enseñanza sobre el cuidado que se debe tener en la comunidad de los pequeños, de los frágiles que requieren de parte de los más maduros y firmes en la fe, una actitud de premura y cuidado.
Jesús es sumamente exigen- te, invita a los miembros de la comunidad a mantener firmeza y solidez para no ser piedra de tropiezo para quien comienzan a caminar, de allí que el verbo de origen griego “escandalizar”, que aparece cuatro veces en el texto, significa literalmente “tropezar” contra una piedra y caer. Celebrando en este domingo el día nacional de la Biblia, escuchando siempre a Jesús, gustemos de su palabra, que es siempre escuela en la vida de los discípulos, para aprender a ser de Dios, escuchando y meditando esta Palabra divina que da vida y nos garantiza un día el estar con Dios en su presencia. Celebremos el día de la Biblia, comprometidos a ser verdaderos oyentes de este mensaje que ilumina nuestro caminar como luz para nuestros pasos. Por igual, sepamos regalar la Biblia a quienes en esta etapa de la historia, todavía no la tienen y ayudemos a usarla y meditarla.