San Juan Bosco enseñaba que, para vivir plenamente nuestra fe, los cristianos debemos ser no solo “buenos cristianos”, sino también “honrados ciudadanos”. Para este gran santo, ambos aspectos eran inseparables, ya que la plenitud de la vida se alcanza practicando los valores del Evangelio: amar a Dios y al prójimo, ejercer la misericordia y llevar una vida de humildad y solidaridad. Este compromiso espiritual nos guía también a cumplir con nuestros deberes como ciudadanos, respetan- do las leyes, contribuyendo al bienestar social y promoviendo la paz y la justicia. De esta forma, la fe y el compromiso cívico se integran en una vida de verdadera plenitud.
Coherencia
El Padre Juan Antonio Hernández, sacerdote de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, sostiene que en lo profundo de nuestra fe, no hay contradicción con lo que hacemos, al contrario, “La fe es el motor que impulsa a actuar, le da sentido a la vida, y ese es el sentido al que el fundador de los salesianos se refiere”. Este mensaje resuena con la idea de que la fe no es solo un conjunto de creencias, sino un llamado constante a la acción.
El llamado de Don Bosco invita a cada ciudadano a preguntarse: ¿Dónde estoy dispuesto a entregar mi vida para transformar la realidad? Porque es a través de acciones conscientes y cotidianas que la sociedad realmente se transforma.
Aportes
José Manuel Zelaya, feligrés salesiano, refuerza esta idea señalando que la contribución de los cristianos para una sociedad mejor se encuentra en las cosas pequeñas, en lo cotidiano y en lo práctico. “Jesús es el mejor ejemplo: su vida y su testimonio son la guía perfecta. Él siempre predicaba lo que practicaba; su vida misma era un testimonio de acción”. Zelaya enfatiza que Jesús no tenía disonancia cognitiva “Él vivía lo que decía y pensaba, y eso lo llevó a la cruz. Su ejemplo es fenomenal porque es un ejemplo de acción, no solo de palabras”.
Este es un llamado claro a actuar. Si no actuamos para servir a los demás o mejorar la vida de alguien, ya sea en una institución, en el trabajo o en nuestro país, nos quedamos cortos en nuestra misión como cristianos. Actuar desde la fe es llevar a la práctica lo que predicamos, transformando nuestra sociedad con cada decisión que tomemos.
1 Llamado
Don Bosco enseñaba que ser “buenos cristianos” va de la mano con ser “honrados ciudadanos”. Practicar valores del Evangelio como el amor, la misericordia y la humildad.
2 Fe
No existe contradicción alguna entre la fe y nuestras acciones. Más bien, la fe es el motor que nos impulsa a actuar con propósito. Una fe que transforma y guía hacia el bien común.
3 Cambio
Debemos preguntarnos dónde y cómo podemos entregar nuestra vida en servicio, ya que con nuestros pequeños gestos es que se va transformando.
4 Coherencia
La coherencia de vida de Nuestro Señor Jesucristo debe ser el ejemplo por excelencia, porque siempre vivía lo que predicaba.
