La Asunción: una afirmación de fe que nos puede llevar al cielo

El dejarnos llevar por la gracia de Dios, puede acercarnos cada vez más a estar con nuestro Señor

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El Papa Pio XII proclamó el dogma de la Asunción de la Virgen María en 1950 con el que reafirmó lo que la Iglesia siempre ha creído, que al final de su vida la bienaventurada Virgen, subió ante el Creador del mundo siendo Inmaculada, es decir, no podía ser contaminada por la corrupción de la carne sino que habiendo sido preservada de toda mancha, ya casi en los últimos días en este mundo, fue llevada en cuerpo y alma al cielo.

Este es el primer fruto de la redención, donde la madre de Jesús, ya goza lo que se le ha prometido al hombre luego del perdón de los pecados en la Pasión, Muerte y Resurrección de su Hijo, por lo tanto es la primera redimida. En consecuencia acompaña desde el cielo una Iglesia que venera como Madre e intercesora.

Dogma

El Magisterio de la Iglesia ejerce plenamente la autoridad que tiene de Cristo cuando define dogmas, es decir, cuando se propone de una forma que obliga al pueblo cristiano a una adhesión irrevocable de fe, verdades sostenidas por la Revelación divina o también cuando se propone de manera definitiva verdades que tienen con ella un vínculo necesario, dicta el Catecismo de la Iglesia Católica en su numeral 88. La Santísima Virgen María es la “Nueva Eva”, ya que es la Madre de la Iglesia, que continúa en el cielo ejercitando su oficio eterno con respecto a los miembros de Cristo.

Por su parte esta devoción de uno de los cuatro dogmas marianos, se ve reflejada en la vida presbiteral del Padre Tony Salinas, Párroco de la comunidad San Juan Bautista en los municipios de Ojojona, San Buenaventura y Santa Ana, al sur de la Arquidiócesis de Tegucigalpa y a quien se le fue dado el sacramento del Orden en el grado de Presbítero el día de la Asunción, consagración celebrada en la Basílica de Suyapa el 15 de agosto de 1987. “El Misterio de la Asunción consiste, dentro de otras cosas, en que la Virgen María es elevada, ascendida, por ángeles, no por sus propios medios. Es decir, es Dios quien desea preservarla al final de sus días; por eso históricamente se la ha retratado rodeada de ángeles que la la levantan entre nubes. Jesús en cambio, sube a los cielos por sus propios medios, pues es Dios”, resaltó el Padre Tony.

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