En una sociedad patriarcal en el que la mujer no desempeñaba, precisamente, un rol preponderante o al menos protagonista, la figura de San José nos ayuda a comprender que, el casto varón, es un modelo contra el machismo que se nos quiere impregnar en la actualidad.
Modelo
Alex Flores, integrante de la tercera orden franciscana seglar, al hablar del padre adoptivo de Jesús, detalla que hay que ver el tipo de hombre que es José, una persona de Iglesia y de fe que está cerca de Dios, que escucha al Señor y que habla con Él, porque “Es un hombre que se acerca a Dios. Nosotros en la actualidad queremos ganar más cosas en lo material, entre más poseemos, mejor es, vivimos de las apariencias. José nos enseña la humildad, la sencillez, vivió con fidelidad, con castidad en el amor hacia María y hacia su hijo, cosa contraria a lo que muchas veces nosotros hacemos ahora”. Lastimosamente, siguen predominando pensamientos en donde el hombre entre más mujeres tiene o más hijos tiene es mucho mejor. Flores añade que, “si son hijos con un montón de mujeres, lo que se sabe decir es que tiene ‘capacidad’, algo contrario a los valores morales que nos enseña el varón justo, como es llamado San José”.
Siguiendo el ejemplo de San José continúa Flores agregando que “habrían más valores, no habría tanta delincuencia, ni tanta corrupción y veríamos más los valores cristianos, porque tendríamos a Dios en nuestro corazón y esa sería la enseñanza que daríamos a nuestros hijos y a la sociedad, que es ser hombres de fe, íntegros y que podríamos cambiar el mundo que actualmente lo tenemos ‘patas arriba’”.
Padre
No hay que olvidar, que la cultura machista, también influye en cómo se ejerce una paternidad, al hacer justamente lo contrario, no ser realmente papás y no hacerse cargo de sus hijos. Ante esta situación, Pablo César Pérez, coordinador nacional del Movimiento Juan XXIII es del criterio que, “Hablar de padre, es tener como modelo a San José, que en las Escrituras guarda mucho silencio, pero es educativo, que no deja de ir más allá de todas las acciones que realizó para convertirse en padre putativo de nuestro Señor Jesucristo”.
Pérez explica que, San José fue un padre responsable que, como cualquier padre, tuvo sus dificultades para afrontar lo que se le acercaba, “una misión que emprende para estar al frente de la infancia de nuestro Señor Jesucristo. Al poder estudiar más la vida de Jesús, uno se da cuenta que hay características que tuvieron que haber sido marcadas por San José, un hombre muy obediente a la Palabra de Dios y que definitivamente fue quien marco la vida espiritual de nuestro Señor Jesucristo”. Como cabeza del hogar, San José fue un esposo que se mantuvo al cuidado de esa mujer que amaba, nuestra Santísima Virgen María, “viene a remarcar como un esposo, modelo para cada uno de nosotros, todos los padres deberíamos tener esa figura. En esta sociedad machista en que vivimos, normalmente se cataloga a los varones que no podemos hacer o realizar tareas de ayudar en el hogar, ese machismo también influye por las madres lastimosamente”, dijo Pérez.
La felicidad de José
Según el Papa Francisco, la felicidad de San José no está en la lógica del autosacrificio, sino en el don de sí mismo. Nunca se percibe en este hombre la frustración, sino solo la confianza. Su silencio persistente no contempla quejas, sino gestos concretos de confianza. El mundo necesita padres, rechaza a los amos, es decir: rechaza a los que quieren usar la posesión del otro para llenar su propio vacío; rehúsa a los que confunden autoridad con autoritarismo, servicio con servilismo, confrontación con opresión, caridad con asistencialismo, fuerza con destrucción.
