El Santo Padre, nos recuerda el buen trabajo que han desempeñado a lo largo de la pandemia las personas del área de salud, conformados por: voluntarios, empleados, sacerdotes y religiosos que han arriesgado su vida y la de los que más quieren, para salvar la de un desconocido.
“Los países más pobres, los países más vulnerables, no pueden acceder a los tratamientos necesarios para atender tantas y tantas enfermedades que siguen sufriendo”, expresó el Pontífice, dejando en evidencia la carencia de buenos sistemas de salud a nivel internacional y el desinterés de los gobiernos por respaldar a la población con algo de tan suma importancia.
De esta manera, es como Papa solicita a los gobiernos del mundo que “no olviden que un buen servicio sanitario accesible a todos, es una prioridad”; agregando que, “el servicio sanitario no es solo una organización”, las naciones dependen de ellos para sobresalir en instancias especiales y recuperarse de los impactos salubres que más afectan a las personas.
Para finalizar, el Santo Padre, nos invita a rezar para que “el compromiso del personal sanitario de atender a los enfermos y a los ancianos, especialmente en los países más pobres, sea apoyado por los gobiernos y las comunidades locales”.