La comunicación directa con Dios a través de la oración, según testimonio de muchas personas que han padecido el coronavirus, es un arma fuerte para contrarrestar la vivencia dolorosa y solitaria, además de las secuelas que la enfermedad deja.
Comprender
Las fases de este virus son diferentes según los casos, pero el psicólogo Asdrúbal Henríquez, expone que “Hay que tener paciencia con esas reacciones molestas y penosas del cuerpo y que dentro de poco se van a terminar”. Esta actitud, afirma Henríquez, abona para tener buena evolución en la enfermedad, exponiendo que, con buen ánimo, todo es posible incluso en la gravedad. El experto recomienda encomendar todo en manos de Dios a pesar de la desesperación, confiando en su poder y amor.
Intimidad
El seminarista Abraham Gálvez considera que fortalecer el espíritu con la oración es vital para superar esta prueba, diciendo que “En caso de contraer la enfermedad, lo mejor que podemos hacer es orar y ofrecer este sufrimiento para unirnos a la pasión de Cristo, por la santificación de los hermanos y por los que no creen”. El Padre Mauricio Mayorga, Párroco de la comunidad Nuestra Señora de la Asunción de El Porvenir, Francisco Morazán, destaca que “Todos hemos elevado nuestra oración a Dios, para pedir su protección, otros para pedir por la salud de un ser querido y otros para darle gracias por la recuperación de un familiar o amigo”, esto hace que nuestro espíritu se fortalezca y reciba la enfermedad de forma más robusta.
La iglesia consoladora
Durante la pandemia y en este álgido momento de la misma, la Iglesia se ha hecho presente en hospitales y en las viviendas de aquellos contagiados que piden los sacramentos de la Reconciliación y de la Unción de los Enfermos, es destacable la labor de sacerdotes y laicos miembros de la Pastoral de la Salud.
