Este domingo como es tradicional el Papa Francisco ha brindado su mensaje en el Ángelus, hoy que es un día tan importante para todos los católicos del mundo ya que iniciamos el tiempo del Adviento, un tiempo de esperanza en la venida de nuestro Redentor y un tiempo también donde comienza el Año Litúrgico.
En su mensaje el Sumo Pontífice no quiso obviar la situación que viven los migrantes en el mundo entero y como éstos arriesgan su vida por buscar mejores derroteros.
Tomando en cuenta el Evangelio del día donde se nos invita a “Levantar la cabeza ya que no se debe perder la esperanza porque precisamente cuando parece que todo está perdido y el rumbo se torna nublado el Señor viene a salvarnos, por lo tanto se debe esperar con alegría en medio de las tribulaciones”
Asimismo invitó a estar vigilantes, estar despiertos y “a que el corazón no se vuelva perezoso, y que tu vida espiritual se ablande en la mediocridad” expuso de forma contundente.
El Sucesor de Pedro advirtió “no ser cristianos dormidos, anestesiados por la mundanidad espiritual, sin ardor en la oración, que rezan como papagayos sin entusiasmo por la misión, sin pasión por el Evangelio y esto nos lleva a hacer las cosas por inercia”.
Asimismo recalcó de manera puntual a huir de la pereza, a preguntarse por las mediocridades que paralizan, los vicios que aplastan y hacen que no se pueda levantar la cabeza”, de igual manera señaló que debemos estar atentos a las necesidades del prójimo. De manera puntual insistió a dejar la pereza que es esa flojera que nos sume en la tristeza, que nos quita las ganas de vivir, es un espíritu maligno que ata al alma en el letargo robándole la alegría. Esta es la recomendación del Papa para este inicio del Adviento, el intensificar la oración.
