Palabra de vida- “Pedro cayó a los pies de Jesús…”

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La primera lectura de hoy nos sirve de marco para el anuncio de la Buena nueva que nos ofrecerá el Evangelio de hoy. Isaías recibe la llamada del Señor, que aparece como la invitación para un voluntario a la misión: “¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?” (cf. Is 6,1-2.3-8). Los verbos “mandar e ir” son típicos de los relatos de vocación que recorren toda la historia de la salvación.

Dios aparece como el que nunca se equivoca, sabe elegir a sus instrumentos humanos para su proyecto. Isaías responde: “¡Aquí estoy, mándame!”. Este relato está ricamente desarrollado, ya que tanto la llamada de Dios y la respuesta del profeta, se ven llenos de libertad, conocimiento recíproco, prontitud y entusiasmo confiado. A la narración del profeta Isaías se une ahora en la evangélica que nos presenta la historia de un pescador que es llamado a ser el primero de los Doce, Simón Pedro, que también se declara pecador.

En esta narración, Lucas nos presenta la trama en cuatro escenarios: en primer lugar viene la presentación de los protagonistas, el Mesías que está iniciando su misión y un grupo de humildes e incansables pescadores que trabajan con esperanza de sol a sol. En segundo lugar se da la presentación de los protagonistas, Jesús y el grupo de pescadores encabezados por Pedro. Es el primer contacto entre ellos. Pero es en el tercer momento de este drama, que aparece la “Palabra de Jesús”, esta invita y propone un camino de riesgo, Pedro desea fiarse de ella, y abre el camino de la respuesta total.

Finalmente, en el cuarto momento, emblemático de todo relato vocacional: “dejar y seguir”, se dan los verbos de la respuesta a la llamada. Como Isaías, Pedro también tiene que reconocer su miseria y dejarse librar de ella. Lucas es el único evangelista que subraya el desenlace final: “Dejaron todo”. Hoy domingo, escuchando la Palabra de Dios, se nos abre de nuevo el camino a escuchar la llamada del Señor, esta sigue vigente, constante y presente para todos y cada uno de nosotros. Este que es el Cristo, el Hijo de Dios, que sigue ofreciendo desde la barca que es su Iglesia, una misión de perdón y de salvación para todos. Preguntémonos: ¿Cómo reacciono ante esta Palabra de Dios que hoy se nos ofrece? ¿Me siento interpelado a dar una respuesta al Señor desde mi actual estado de vida? ¿Qué le digo al Señor después de su mensaje?

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