Nuestro corazón arderá como en Emaús al vivir este Sínodo

En este tiempo pascual, estamos llamados a profundizar la sinodalidad que vivían las primeras comunidades

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Los discípulos de Emaús, nos enseñan que “Caminar juntos” es un gesto pascual y en este tiempo sinodal, es importante recordar que siendo la resurrección uno de los pilares fundamentales de la fe. “No se puede vivir la Pascua sin sinodalidad” afirmó el padre Bernardino Lazo, de las Obras Misionales Pontificias (OMP).

Sinodalidad

El presbítero encargado de las misiones en Honduras, manifestó que arde el corazón, así como a los discípulos de Emaús, por lo que expresa que “Sin el Resucitado no puede haber sinodalidad, ya que, es Él quien nos saca de nuestros sepulcros de egoísmo, nos saca de esas cavernas, de esas cárceles que la mundanidad nos sumerge”.

El padre Santos Pablo Vásquez, párroco de la comunidad San Martín de Porres de Tegucigalpa, acerca de esta temática considera que la alegría que provocó el encuentro de Jesús Resucitado con los discípulos de Emaús, es el sentido de este Sínodo. “Que podamos volver a recuperar ese encanto precisamente de Dios en nuestra vida y descubrirlo presente en nuestros hermanos” manifestó.

Para ello, afirma que hay que comenzar a hacer procesos de escucha a la gente. “Las lecturas de todos estos días nos han llevado a entender que, escuchando al otro, escuchamos precisamente a Jesús y la sinodalidad nos invita a eso, a escuchar al otro, saber lo que piensa, aunque esté dentro o fuera de la Iglesia”, detalló.

“El sínodo que estamos viviendo debe verse reflejado en todos nuestros ambientes” añade Luz Verónica Matamoros, prosecretaria de la Obra Propagación de la Fe de las OMP y al mismo tiempo agrega que “en Pascua, debemos transmitir nuestra fe, la alegría, el gozo, la esperanza, anunciar a Cristo que ha venido a salvarnos, a liberarnos y a llenarnos de la alegría de la resurrección”.

1 Discípulos

Ellos iban tristes y amargados, porque se habían quedado con la muerte y, cuando el Señor comienza a caminar con ellos realiza la fracción del pan, le reconocen y al reconocerle, vuelve la alegría y entienden la resurrección.

2 Sinodalidad

No se puede vivir la Pascua sin sinodalidad. La Pascua es para todos y la efusión de la Resurrección también, estos frutos se viven en la Iglesia. Es la Iglesia la que camina con el Resucitado y camina, sobre todo, para anunciar a Él.

3 Unidad

Una de las características en estos días es el dinamismo en “salida” hacia los hermanos, con la brújula de la Palabra y el fuego de la caridad, cumple el gran designio original del Padre: Que todos sean uno, especialmente en esta Pascua.

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