Los abuelos: la fuerza de una fe que tiene sabor de hogar

Lejos de verlos como una carga, debemos aprovechar cada enseñanza que son un cúmulo de valores inigualables

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Un abuelo es quien te enseña a echar la mirada atrás, para ver las cosas con perspectiva” reza un viejo adagio popular, y es que, ellos son un cúmulo de cultura, amor y sabiduría, el paso de los años es su mayor enseñanza y la palabra es su razón, ellos por ser conocedores en el mundo se caracterizan por ser los que imprimen sus consejos en la familia y esto prevalece de generación en generación. El rol de los abuelos es decisivo en muchas familias, sus reflexiones, decisiones, presencia y liderazgo definen muchas veces el rumbo de la historia de cada grupo familiar.

Para el sociólogo Armando Orellana, los abuelos nos orientan en términos de valores, a través de esa experiencia acumulada “Da mucho pesar que a veces los jóvenes desprecien esa posibilidad de llenarse de espiritualidad, de amor, de comprensión y ese buen deseo que tienen los abuelos de aportar en los nietos un camino, una orientación a partir de su experiencia”. La enseñanza de los adultos mayores para este especialista en sociología debe ser valorada “no deben echarse a la basura, no se debe descalificar, por eso debe existir para ellos la
escucha amorosa, pues tenerlos a ellos es una gran bendición, es tener como un doble padre o madre, porque ellos se entregan al
cien por ciento al cuidado de sus nietos”.
Sin duda alguna los abuelos son un engranaje importante dentro de la familia, sus consejos son una de las herramientas necesarias
para que nuestras generaciones continúen firmes y solidas como núcleo familiar. Eusebio Pérez, miembro del Movimiento Familiar
Cristiano, considera que es fundamental que hoy en día la familia siga creciendo con esos valores, resaltando el respeto, la vida, la
justicia, la solidaridad, la unidad, la fidelidad y la honestidad etc.

“Estos valores permiten que el ser humano alcance su felicidad y pueda relacionarse sanamente”, dijo. Él ya es abuelo y considera que,
“si continuamos poniendo en práctica estos valores, lograremos y alcanzaremos una mayor realización como familia, como persona y nos ayudará a maternos en comunión”.

No hay duda que nada habla mejor de una enseñanza, que un buen ejemplo. La psicóloga Kenia López, indica “Los abuelos
son la sabiduría de la familia, son la sabiduría de un pueblo. Y un pueblo que no escucha a los abuelos, es
un pueblo que muere” Francisco Papa


“Ellos vienen de generaciones que han pasado por más crisis, económicas, sociales, se adaptaron a los cambios, recordemos, que
tiempos difíciles hacen personas más fuertes, por lo tanto, han desarrollado muy bien la resiliencia, que es la capacidad de adaptarse,
de salir adelante, a pesar de las circunstancias críticas”.

Los abuelos por lo general desarrollan una personalidad más decidida, con carácter y firmeza. Estas características son tan necesarias y se deben seguir desarrollando de generación en generación. A criterio del asesor familiar, Javier Dávila, para la educación de los hijos intervienen aparte de los padres otros personajes que son complementarios a esa educación y son los abuelos. “Ellos son
un tesoro ya han recorrido gran parte de la vida, están llenos de experiencia y de conocimientos, ellos son un referente, un punto
de formación por todo lo que han ido recabando a lo largo de los años”.


Los abuelos ya han recorrido un camino con aciertos, con equivocaciones, pero es precisamente eso lo que les ha dado
una formación. “Ahora ellos tienen una posibilidad de poder formar, para que a través de sus consejos los nietos tengan la oportunidad de ser buenos ciudadanos y excelentes hijos de Dios”, apunta Dávila.

Da mucho pesar, dice este especialista en temas de familia, que en medio de una sociedad materialista en donde vivimos se considere a nuestros ancianos una “carga”. Es importante que se les enseñe a estas generaciones a valorar los consejos que nos han dejado los abuelos, pues ellos se han arraigado en las familias, ellos llegan a ser un punto de referencia para el núcleo familiar.

Al definirlos podemos decir que son figuras que complementan la educación de los hijos. De hecho, en otros tiempos eran considerados los custodios del conocimiento, y en la actualidad el gran reto es hacer que prevalezcan sus enseñanzas con acciones concretas.

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