Lo salesianos y el amor auxiliador de la Virgen María

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En la histórica persecución a la Iglesia Católica, siempre se denota la presencia de la Virgen María en medio de los cristianos, confirmando su presencia maternal y auxiliadora; título que le otorgo en 1815, el papa Pío VII para perpetuar el recuerdo de su entrada triunfal a Roma al volver de su cautiverio en Francia. De ese hecho se registra que durante los cinco años que estuvo preso, dedicaba especialmente una parte del tiempo de sus oraciones a María Santísima, Auxilio de los Cristianos para que protegiese a la Iglesia perseguida, desgobernada y desamparada. De ahí que este pontífice, para manifestar el agradecimiento de todo el orbe católico a la Virgen María, bajo su advocación de Auxilio de los Cristianos y como un expreso reconocimiento de la infalible protección de la Madre de Dios, instituyó la fiesta de María Auxiliadora en el día 24 de mayo.

De entre los grandes promotores de esta devoción, se destaca San Juan Bosco Don Bosco, fundador de la Familia Salesiana. “La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: los tiempos que corren son tan aciagos que tenemos necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana”, expresaba este santo sacerdote originario de Turín, Italia. Cabe señalar que también en estos tiempos difíciles por la pandemia del coronavirus, la Familia Salesiana y la Iglesia dirigen sus plegarias a María Auxiliadora para que interceda por toda la humanidad. Pues es un hecho palpable que para el salesiano, la devoción a María Auxiliadora constituye uno de los rasgos distintivos de su espiritualidad, tal como acreditan las propias Constituciones Salesianas:

1- Para contribuir a la salvación de la juventud -la porción más delicada y valiosa de la sociedad humana-, el Espíritu Santo suscitó, con la intervención materna de María, a San Juan Bosco. (Constituciones Salesianas, 1) 

2- La Virgen María indicó a Don Bosco su campo de acción entre los jóvenes, y lo guió y sostuvo constantemente, sobre todo en la fundación de nuestra Sociedad. Creemos que María está presente entre nosotros y continúa su misión de Madre de la Iglesia y Auxiliadora de los cristianos. Nos confiamos a Ella, humilde sierva en la que el Señor hizo obras grandes para ser, entre los jóvenes, testigos del amor inagotable de su Hijo. (Const. 8) 

3- Don Bosco confió nuestra Sociedad, de modo especial, a María a quien declaró patrona principal (Const. 9) 

4- Caminamos con los jóvenes para llevarlos a la persona del Señor resucitado, de modo que, descubriendo en Él y en su Evangelio el sentido supremo de su propia existencia. La Virgen María es una presencia materna en este camino. La hacemos conocer y amar como a la Mujer que creyó y que auxilia e infunde esperanza. (Const. 34) 

5- María, Madre de Dios, ocupa un puesto singular en la historia de la salvación. Es modelo de oración y de caridad pastoral, maestra de sabiduría y guía de nuestra Familia. Contemplamos e imitamos su fe, la solicitud por los necesitados, la fidelidad en la hora de la cruz y el gozo por las maravillas realizadas por el Padre. María Inmaculada y Auxiliadora nos educa para la donación plena al Señor y nos alienta en el servicio a los hermanos. Le profesamos una devoción filial y fuerte. (Const. 92) 

6- Con la ayuda de María, madre y maestra, el salesiano se esfuerza por llegar a ser educador pastor de los jóvenes en la forma laical o sacerdotal que le es propia. (Const. 98)

San Juan Bosco decía: “Propagad la devoción a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros”, y recomendaba repetir muchas veces esta pequeña oración: “María Auxiliadora, rogad por nosotros”.

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