TRGUCIGALPA, HONDURAS.- Desde Argentina llegó al Vaticano un hombre con una sonrisa, dulzura en su rostro y con un gran corazón que iba lleno de esperanza y amor, ese hombre se convirtió en Papa un 13 de marzo del año 2013 y por 12 años contagio todas esas virtudes que aprendió en su país natal; su nombre Jorge Mario Bergoglio, fue conocido desde ese año como el Papa Francisco, quien el 21 de abril partió a la Casa de Padre Celestial y nos dejó grandes legados y enseñanzas que, a criterio de analistas hondureños, no debemos olvidar.
La directora Ejecutiva del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), Gabriela Castellanos, señala que “Estamos en la obligación de no borrar de nuestra memoria que su santidad, ya que el siempre expresó que nadie nos puede robar la esperanza, en principal a los pobres y que se debe investigar todo acto de corrupción que afecte en principal a los más necesitados a ejemplo del Papa”.
El sociólogo Armando Orellana, igual es del criterio que una de las grandes enseñanzas del Papa era que debía prevalecer la paz en el mundo y el amor al prójimo, por lo que “Esas palabras deben estar sonando siempre en la mente y el corazón de todos los que seguimos o enchuecamos a su santidad y procurar compartirlas para que ese legado no se detenga”.
FRATERNIDAD
La Encíclica Fratelli Tutti, escrita por el Papa Francisco en 2020, aboga por la fraternidad y la amistad social en un mundo marcado por la desigualdad y la división, y para el empresario Juan Ferrera, la realidad de hoy es que hay diversas divisiones en la familia, en la sociedad en general, pero el máximo líder de la Iglesia Católica, hasta su último minuto, “Insistió y nos demostró con su fuerza de amor que hay que mantenernos unidos y no descartar a nadie y luchar por los más desprotegidos siendo hermanos todos”.
Asimismo, la designada presidencial Doris Gutiérrez, coincide con los entrevistados al decir que “Ahora el compromiso es continuar los consejos que el Santo Padre dejó, donde mantuvo esa luz encendida en su corazón para pedir paz, amor, pero sobre todo señalar cuando desprotegíamos a los más necesitados”.
1 Humildad
Desde el inicio de su pontificado que eligió vivir en la Casa de Santa Marta en vez del Palacio Apostólico, y prefirió un anillo papal de plata en lugar del tradicional de oro, hasta su último minuto de su vida reflejó humildad.
2 Sencillez
El Santo Padre fue un sucesor de Pedro directo, accesible, amable, sin protocolo y sencillo tanto en el vestir como en su manera de hablar, viajó en autos pequeños y evitó el lujo, promoviendo una Iglesia pobre para los pobres.
3 Esperanza
A pesar de los múltiples desafíos que se presentaban en el mundo y en la Iglesia, siempre mantuvo una actitud positiva, empática y constructiva, llena de esperanza que invitaba al compromiso y a la fe activa.