Al amor no le importa si el hermano herido es de aquí o es de allá. Porque el amor “Rompe las cadenas que nos aíslan y separan, tendiendo puentes; amor que nos permite construir una gran familia donde todos podamos sentirnos en casa, amor que sabe de compasión y de dignidad” dijo el Papa Francisco en su más reciente encíclica.
Compasión
Estas palabras se hacen experiencia viva en la familia Henríquez, un hogar que sufrió de manera directa el COVID 19. Don Alfonso Henríquez, tiene 91 años, es un artista nacional, experto en la escultura y la pintura, de los fundadores del Camino Neocatecumenal en la parroquia San José Obrero. En junio, resultó contagiado por el nuevo coronavirus. Su hijo, Asdrúbal Henríquez, es psicólogo, al enterarse de esta situación, llegó a atenderlo y a los cinco días, se resultó positivo, “Es necesario que siempre para alguien enfermo de COVID, haya un buen samaritano, aunque uno se exponga, se arriesga a la enfermedad” señaló. En este transcurso, también tuvo la enfermedad la esposa e hijo de Asdrúbal, una situación que causó gran impacto en la familia.
“Cuidemos la fragilidad de cada hombre, de cada mujer, de cada niño y de cada anciano, con esa actitud solidaria y atenta, la actitud de proximidad del buen samaritano” Francisco
Fortaleza
La clave que han tenido para sobre llevar esta situación, ha sido confiarse a la voluntad de Dios y realizar terapias ocupacionales y de recreación, en medio de esta situación. Don Alfonso rezaba todas las mañanas la oración de Laudes, para encomendar a Dios su día y su enfermedad. Lo combinó con la pintura. Por su parte, Asdrúbal, se ponía a grabar canciones para el Señor. “Esa esa era mi medida de cuanto oxígeno tenía en mi cuerpo, una canción, si no alcanzaba una nota, me preocupaba. Grabé 27 cantos al Señor. Corporalmente me ayudaba y espiritualmente me acercaba al Señor”. Es importante señala Asdrúbal que se deben evitar los “ataques de pánico, hay que apagar el radio, la televisión, es necesario desconectarse y hacer terapia ocupacional y recreacional. Hacer ejercicios de relajación y hacer mucha oración, entrar en el silencio, una oración contemplativa” concluyó.