EL LEGADO VERDE DEL PAPA FRANCISCO

HONDURAS SIEMPRE ESTUVO EN SU CORAZÓN Y CONOCIÓ EL TESTIMONIO DE JUAN LÓPEZ, DEFENSOR DE LA CASA COMÚN DE BOCA DE MONSEÑOR JENRY RUIZ

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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En una época marcada por la devastación ambiental y la indiferencia global, el Papa Francisco levantó siempre su voz como un pastor del mundo, señalando el camino hacia una ecología integral. Su pontificado no fue revolucionario por su estilo cercano y sencillo, sino también por la profundidad con la que ha integrado el Evangelio con el clamor de la tierra y de los pobres.

Desde la publicación de Laudato Si’ en 2015 —una encíclica que ha marcado un antes y un después en el pensamiento social y ecológico de la Iglesia— hasta Laudate Deum en 2023, el Santo Padre insistió en la necesidad de una “conversión ecológica” que transforme nuestros estilos de vida, nuestras economías, y sobre todo, nuestros corazones. “La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería”, advirtió Francisco en Laudato Si’ (n. 21), con una franqueza profética que no esquiva la realidad. Pero su mensaje va más allá de la denuncia: propone una espiritualidad del cuidado, una fe que se expresa en el respeto profundo por la creación, que es don de Dios.

TESTIMONIO

Este mensaje ha calado profundamente en rincones olvidados del planeta, como en las laderas verdes de Trujillo, en la costa norte de Honduras, donde la Iglesia también lucha por cuidar la vida y la dignidad de sus pueblos. Así lo atestigua Monseñor Jenry Ruiz, Obispo de Trujillo, quien el pasado 25 de septiembre de 2024 tuvo un encuentro significativo con el Papa Francisco en Roma.

“Fue un momento lleno de gracia. Le hablé de nuestra Diócesis, de nuestros esfuerzos por proteger el medio ambiente, y le mostré la fotografía de Juan López, uno de nuestros Delegados de la Palabra, campesino, catequista, y férreo defensor de la creación”, relató Monseñor Jenry. “Juan fue asesinado por su compromiso con la tierra y con su comunidad. Era un hombre de fe que comprendía que cuidar la tierra es un mandato cristiano”, finalizó.

El Papa recibió la imagen de Juan con una expresión de recogimiento. “Me dijo que personas como él son los verdaderos santos de nuestro tiempo y a igual me dijo ‘Ya estoy orando por él”, afirmó el obispo, conmovido. “Me repitió que ‘la defensa del ambiente no es algo secundario, sino parte esencial del testimonio cristiano’”. Sentí que Honduras no está sola”.

Francisco, el Papa venido del fin del mundo, estuvo siempre atento a los márgenes. Durante su pontificado ha demostrado cercanía con América Latina, y particularmente con países como Honduras, donde los conflictos socioambientales han cobrado la vida de defensores y líderes comunitarios. Francisco ha hablado de ellos como “nuevos mártires”, personas que, desde su fe, asumen el Evangelio en clave de justicia, paz y cuidado.

RECONOCIENDO LA ENTREGA

La figura de Juan López se ha convertido en símbolo de este esfuerzo. No era un teólogo de libros, pero conocía la Palabra. No era un activista de micrófono, pero su machete y su Biblia decían mucho más. Vivía con coherencia lo que el Papa ha enseñado: “El cuidado auténtico de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, de la justicia y de la fidelidad a los demás” (LS 70).

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