EL CAMINO HACIA “LA PASCUA ETERNA” DE FRANCISCO

ESTUVO HOSPITALIZADO 38 DÍAS EN EL POLICLÍNICO AGOSTINO GEMELLI DE ROMA. AL SALIR, DIJERON QUE ESTARÍA DOS MESES DE CONVALECENCIA Y DIOS LE LLAMÓ A SU PRESENCIA EL PASADO 21 DE ABRIL

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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El Papa Francisco fue internado desde el pasado 14 de febrero en el Hospital Agostino Gemelli de Roma, para tratar diferentes afecciones de las vías respiratorias. A principios de febrero, el Santo Padre tuvo problemas para respirar y hablar durante sus actividades. Se informó de un resfriado.

CRONOLOGÍA

El 14 de febrero, fue internado al Hospital Agostino Gemelli a causa de una bronquitis. Un día después la sala de prensa del Vaticano informó que, el parte médico indicaba reposo absoluto, por lo que el Santo Padre no dirigiría la oración del Ángelus de ese domingo. Ese mismo día, se dio a conocer que, el Papa se encontraba estable y alternaba la lectura con el descanso. A través del texto del Ángelus, el Papa decía que “Aún necesito un tratamiento para mi bronquitis”. El lunes 17 de febrero, ya en el centro hospitalario, se informó que tenía una infección polimicrobiana en el tracto respiratorio. Al siguiente día, al diagnóstico, se le sumó la neumonía bilateral, por lo que recibió dos tratamientos para atacar ambas condiciones.

PREOCUPACIÓN

El 21 de febrero, se encendieron las alarmas a nivel mundial, al darse a conocer que, el Santo Padre no se encontraba fuera de peligro, al tener un cuadro complejo y su pronóstico era reservado. El día siguiente, sábado consagrado a María, el Vaticano informó que el Papa estaba en “condición crítica” y con pronóstico reservado, luego de una crisis asmática que requirió de altos flujos de oxígeno. Llegó el domingo, Día del Señor y los resultados de los exámenes arrojaron una inicial insuficiencia renal leve, por lo que su estado de salud seguía con pronóstico reservado. Aunque existieron pronósticos que mencionaban una “leve mejoría” ante la neumonía bilateral y la insuficiencia renal, la situación seguía compleja. Ese mismo lunes, iniciaron las jornadas de oración en todo el mundo por la salud del Papa Francisco.

COMPLEJIDAD

El jueves 27 de febrero, el equipo médico informó que la salud del Papa seguía mejorando; sin embargo, por el cuadro clínico, el obispo de Roma necesitaba estar más días hospitalizado. Al día siguiente, el sucesor de Pedro tuvo un espasmo bronquial durante una crisis respiratoria, que le provocó inhalar vómito. Le aplicaron ventilación mecánica no invasiva. Al llegar marzo, se detallaba que, el Papa alternaba ventilación mecánica no invasiva con largos periodos de oxigenoterapia de alto flujo, por lo que su estado de salud seguía siendo reservado. El jueves 6 de marzo, se difundió un audio en el que agradece las oraciones por su salud.

MEJORÍA

A partir del 11 de marzo, una radiografía del tórax del Pontífice confirmó una mejoría en sus análisis. El 16 de este mes, el Vaticano difundió la primera imagen del Papa desde su hospitalización. Se le vio de lado, concelebrando Misa en la capilla del apartamento, en el décimo piso del hospital. Esta leve mejoría, provocó que, se suspendiera la ventilación mecánica no invasiva, y solo la máscara de oxígeno que utilizaba por las noches. El día 21 de marzo, el Cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, muy cercano a Francisco, habla de la nueva etapa del Pontífice al salir del hospital: “Ahora hace falta una rehabilitación, porque mucho tiempo con oxigenación de altos flujos te seca la tos y casi tenés que volver a aprender a hablar”.

El 23 de marzo, recibió el alta médica. En abril, comenzó este proceso teniendo en cuenta que, se dijo que por lo menos, estaría dos meses convaleciente. El siete de abril, tras cumplirse dos semanas de convalecencia en su residencia la Casa Santa Marta, reaparece por sorpresa ante los fieles en la Plaza de San Pedro, en silla de ruedas y con unas cánulas nasales para recibir oxígeno. “Buen domingo a todos. Muchas gracias”, fueron sus palabras dedicadas a los a fieles que habían asistido a la Misa del Jubileo de los Enfermos. El 10, Francisco realiza una visita sorpresa a la Basílica de San Pedro. El Papa, que era paseado en silla de ruedas con las cánulas de oxígeno por su residencia Casa Santa Marta, decide alargar el paseo hasta esa basílica para orar ante la tumba de Pío X.

SEMANA SANTA

El Domingo de Ramos, el Papa acude inesperadamente, en silla de ruedas y sin las cánulas de oxígeno, a la Plaza de San Pedro del Vaticano, para saludar a los fieles en el comienzo de la Semana Santa. “Buen Domingo de Ramos, buena Semana Santa”, dijo en el altar central al término de la Misa. Durante esta Semana Santa, delega en dos cardenales para los ritos del Triduo Pascual. El día 16, Francisco recibe al personal que lo trató en el hospital: “Gracias por vuestro servicio”, declaró el Pontífice.

El Jueves Santo, el Pontífice mantiene su tradicional visita a una cárcel en la tarde y pasa brevemente por la de Regina Coeli, en el centro de Roma. El Viernes Santo, se confirma que el Papa no estará presente en el Vía Crucis, dejando escritas las meditaciones que se leerán y en las que destaca que la “economía de Dios no mata ni aplasta”. El Sábado Santo, el Vicario de Cristo acude a rezar a la Basílica de San Pedro antes de la celebración de la Vigilia Pascual. El Domingo de Resurrección, el Sumo Pontífice imparte la bendición ‘Urbi et Orbi’ y en su mensaje condena la “carrera de rearme”. Después recorre la plaza en papamóvil y se detiene a bendecir a algunos niños. El 21 de abril a las 7:35 de la mañana, hora de Roma, empieza a vivir su Pascua Eterna.

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