Editorial-Nuestra voz | El retraso en la adquisición de las vacunas anticovid-19 en Honduras

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El tema de la vacunación contra el COVID-19, la compra de las vacunas por parte del Gobierno y el desigual acceso de la población a ellas en países pobres como Honduras, se volvió de pronto en un brillante espejo que puso de manifiesto viejos problemas de Latinoamérica: como la corrupción, el favoritismo, la falta de planificación o la incapacidad para resolver grandes desafíos, sin embargo, en este tema hay mucha tela que cortar y mucho que analizar, pues el problema tiene varias aristas.

Cuando México protestó el 17 de febrero del 2021 en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por el “acaparamiento” de vacunas en los países ricos, puso en contexto una situación que tampoco podemos olvidar y descuidar sobre algo reconocido por la Organización Mundial de la Salud: la alarmante brecha en la distribución global de las dosis. Esta solicitud del Canciller Mexicano en nombre del CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) para acelerar la entrega de las vacunas a estos países mediante el mecanismo Covax de la ONU, puso de manifiesto que es real el acaparamiento de vacunas anticovid en el mercado global.

Es así que se ha gestado un movimiento de cooperación multilateral mediante el cual se pueda lograr negociar en bloque de países la compra de vacunas, además de garantizar la distribución universal de esos antígenos, pues lo que se hace hasta ahora es insuficiente y los que sufren las consecuencias son las poblaciones más vulnerables. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, tres cuartas partes de las primeras dosis se concentran en 10 países ricos, los cuales representan el 60 por ciento del Producto Interno Bruto global y hay pueblos como el hondureño que no han recibido ni una dosis o se están recibiendo a cuenta gotas.

Apoyar la universalización de las vacunas mediante la resolución 74 de Naciones Unidas es un tema a nivel diplomático que está en la agenda política y sanitaría del mundo, pues hoy más que nunca se necesita del esfuerzo y solidaridad mundial para acortar o disminuir esa división tan profunda que ha hecho tanto daño en tan poco tiempo, de tal manera que la Cancillería hondureña tiene una urgente e importante tarea para asegurar el acceso de las vacunas a la población. Pues, está visto que el uso de las vacunas con propósitos diplomáticos y geopolíticos, es un hecho.

En esta estrategia las grandes potencias se posicionan para apuntalar la diplomacia y establecer nuevas relaciones estratégicas de tal manera que la donación de vacunas chinas a países de la región tiene el claro interés de buscar nuevas rutas comerciales, políticas y Honduras no se puede permitir el lujo de quedarse fuera del juego. Pero el rezago de la vacunación en Honduras, respecto a otros países de la región, se debe también a deficiencias propias que han estado marcadas por polémicas, frustraciones y demoras.

Muchos expertos atribuyen el rezago también a los errores de planificación del Gobierno aunado al inveterado vicio del uso de recursos públicos para beneficio de algunos. Se estima que, sin acelerar su ritmo actual de vacunación, Honduras podría tardar años en alcanzar los niveles de inmunidad necesarios para volver a la normalidad y el impacto sobre la economía, la desigualdad y la pobreza es alarmante.

El rezago de la vacunación en Honduras, respecto a otros países de la región, se debe también a deficiencias propias que han estado marcadas por polémicas, frustraciones y demoras

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